jueves, 14 de febrero de 2019

El derecho a una buena respuesta


En el capítulo 18 de Mateo se relata el cuarto de los cinco grandes discursos de Jesús en este evangelio, los discursos de Jesús siempre iban orientados a dar instrucciones a una sociedad dividida en esa época. El discurso comienza a raíz de una interrogante que los discípulos le hacen a Jesús ¿Quién era el más grande en el Reino de los cielos? Sin embargo Jesús responde tomando en cuenta el trasfondo social que contenía esa pregunta, ya que era una época de desigualdad y de injusticia, donde había una división marcada en las distintas esferas de la sociedad, esta desigualdad era producto de la corrupción, de la pobreza, de las enfermedades y por supuesto por la misma religión, eran tan grave la desigualdad que los niños no tenían derechos legales. Esto los hacia indefensos y muy vulnerables ante una sociedad injusta y maltratadora de  sus mismos compatriotas. 

Los discípulos tenían claro que Jesús venia rompiendo esquemas, el ministerio de Jesús era integral donde los más despreciados de la sociedad, los más indefensos eran tomados en cuenta para las buenas nuevas que Jesús venía anunciando, aun los mismos discípulos eran personas que venían de las distintas esferas de la sociedad. Muestra de que el evangelio transforma las sociedades es cuando en los evangelios se relatan que los recaudadores de impuesto se sentaban a la mesa junto a un judío zelote. 

Cosa que socialmente eso era casi imposible porque ambos tipos de personas eran socialmente enemigas.
Sin embargo toda esa percepción social es lo que le llevo a los discípulos hacer esa pregunta, porque creían que en el reino de los cielos también habría personas más importantes que otras. 

Por esa razón Jesús se ve en la necesidad de ilustrarles una excelente respuesta, utilizando una realidad de la época, como antes mencionaba, los niños de la época de Jesús no tenían derechos legales, por lo tanto todo lo que un niño recibía era como un regalo que no necesariamente era merecido, por eso los niños aceptaban todo como un don, un regalo y lo aceptaban con humildad, sencillez y agradecimiento. De la misma manera el reino de los cielos debía ser aceptado como un don, un regalo inmerecido, con sencillez, humildad y agradecimiento como un niño recibía todo lo que le daban en esa época. 

Esto además nos da un luz de esperanza ya que nos indica la fuente de toda buena información que necesitemos, Jesús siempre tendrá una respuesta oportuna y correcta, porque no dio una simple respuesta a sus discípulo, sino más bien tomo en cuenta todo lo contemporáneo, el trasfondo social ya que los discípulos le preguntaron por qué creían que en el reino de los cielos también habrían distintas esferas sociales. 

Eso muestra que Dios siempre nos dirá la verdad, porque el escudriña hasta lo más mínimo detalle, contrario a lo que el diablo hace, que trata de engañar brindando información falsa que solo llevan al fracaso espiritual de los seres humanos. Hace tropezar a los pequeños. Cabe mencionar que la palabra “Pequeño” no puede referirse únicamente a los niños, sino que en aquella sociedad de desigualdad, pequeños eran todos aquellos indefensos.

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