En el texto al cual hacemos referencia, podemos observar
unas de muchas quejas que el pueblo de Israel demandaba a Dios. El cual
podremos observar la reacción que Dios tiene ante una actitud desafiante del
pueblo.
En primer lugar podemos apreciar que hay un lamento y una
queja por el sufrimiento que padecían en el desierto, hasta cierto punto
podemos validar esa actitud y con mucha certeza se puede aceptar, cuando las
circunstancias son de sufrimientos. Pero lo inquietante es que Dios se molesta
ante esta queja de su propio pueblo. La pregunta es: ¿Porque Dios se molesta? ¿Acaso
no es verdad que sufrían en el desierto? Si nosotros analizamos los hechos históricos
de
Israel desde que salió de Egipto, nos daremos cuenta que el hecho que ellos
estuvieran sufriendo en el desierto era por su desobediencia y pecado, a Dios
no le molesta que ellos se quejen, más bien lo que a Dios le molesta es que lo
culpen a él por las circunstancias de sufrimiento, y eso es una actitud que en
la actualidad nosotros podemos tener, de culpar a Dios por nuestros
sufrimientos cuando muchas veces nuestro pecado es el que nos tiene en esas
circunstancias.
En segundo lugar podemos apreciar otra queja y es con
respecto a la alimentación, Israel es un claro ejemplo de la naturaleza del ser
humano, ya que podemos observar ciertas características que todos poseemos, una
de ellas es el inconformismo, la demanda en esta ocasión era porque no podían comer
otra cosa más que el mana. El mana no era dañino, no producía enfermedades, sin
embargo Israel lo rechazaba e inventaban excusas para que Dios les diera de
comer carne. El problema no era el mana, el problema era que ellos recordaban
los placeres y banquetes de Egipto, si bien es cierto eran esclavos, pero no
niegan que comían bien. Además ellos estaban en el desierto y en un desierto difícilmente
se podrá encontrar variedad de alimentos. Y eso lleva a que ellos rechazan el
alimento que Dios les daba. De la misma manera hoy en día los hijos de Dios muchas
veces rechazan el alimento espiritual de Dios por el alimento de placeres y
deseos del mundo, pero que al final traerá terribles consecuencia, porque con
Dios no se debe de jugar.
En tercer lugar podemos observar la actitud del líder de los
Israelita (Moisés). Moisés siempre tuvo un papel de intercesor por el pueblo
pecador y desobediente. La ira de Dios no se derramaba muchas veces
porque Moisés Intercedía, que importante es tener a alguien que
interceda por nosotros. La buena noticia es que ahora, es Jesús quien intercede
por los pecados de sus hijos. Jesús es el mediador entre Dios padre y nosotros.
Por lo tanto él es nuestro abogado.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario